Fotografías: Pepe J. Galanes
Situada al sur de Daimiel se
levantaba en el pasado una pequeña población llamada Barajas. De ella dijo el
Sr. Madoz que fue un caserío de cristianos y que allí se alojó el ejército
del Rey, al mando del capitán Melendo Arias, para participar en la batalla por
la conquista del castillo del Tocón. Fue Barajas el escenario de una
espectacular batalla librada en 1442, entre los caballeros del Comendador mayor
y los que seguían al Clavero; finalmente venció el Clavero y el Comendador Mayor
fue hecho preso en la batalla y recluido en el castillo de Calatrava la Vieja.
El trajín de los viajeros de
otros tiempos encontraba su descanso en la Venta de Borondo. Situada al sur de Daimiel, fue
identificada por algunos estudiosos, como la mansión Mariana del Itinerario de
Antonino y el Sr. Corchado dice que pudo ser paso de la vía romana de Toledo a
Andújar. En la contestación de Bolaños de 1722, se la cita: “Al norte un monte, la Moheda, que atraviesa
el camino Manzanares, en cuyo comedio y a mano izquierda está una venta
contigua, nombrada de Borondo”.
Bañada por el rio Azuer, describe
el Sr. Madoz la dehesa de Moratalaz, también llamada lugarcillo amurallado; en
cuyos campos de levantaba una población de origen árabe. Manifiestan sus
cimientos haber sido cuadrados, levantándose sobre ellos los torreones que
formaron un castillo. Tras estudiar sus ruinas y el lugar, el Sr. García
Noblejas la describe detalladamente: “construida con piedra caliza, unida con
argamasa de gran consistencia… detrás del torreón pasa el llamado camino de
Daimiel. En toda la zona abundan las cuevas, indicando cual fue la habitación
elemental de nuestros primitivos pobladores.
El río Guadiana parte en dos a la
enorme dehesa de Zacatena; fructíferos campos donde el geógrafo árabe Edrisi
situara la existencia de una pequeña población. El rey Alfonso VIII otorgó a la
Orden de Calatrava un privilegio de esta dehesa para el pasto de ganado
caballar. En el año 1596 se nombró un guarda mayor que siendo caballero tuvo el
titulo de Alcaide de Zacatena y que residía en la llamada casa de los guardas.
Integrada ya en el término de
Daimiel fue vendida en 1783 al caballero de Santiago D. Pedro Sáenz de
Santamaría, por un importe de cinco millones de reales.
Asegura el Sr. Corchado que el
estrechamiento producido en el rio Guadiana, donde se levanta el molino de
Zuacorta, pudo ser utilizado como paseo de una vía romana. Su propio nombre
indica su origen árabe, permaneciendo posteriormente en la Orden de San Juan
hasta el siglo SVIII. En 1950 aparece conceptuada como anejo de Zuacorta,
central eléctrica situada a ocho kilómetros de nuestra ciudad y con un censo de
treinta y cinco habitantes y veintinueve edificios.
Otro de los sitios históricos de
Daimiel, Las Cruces pudo estar santificado desde tiempos muy remotos. Don
Inocente Hervás da noticia de una senda de los mártires que pasaba por el sitio
del santuario, a la vez que asegura la
existencia en el pasado de una torre romana en el lugar que vigilaba el camino
de Andalucía a Toledo. Allí, dice el mismo historiador, hubo después un reducto
musulmán y reconquistada esta tierra decidió la Orden de Calatrava fundar en
este sitio un pueblo, pero este llamado La Tamarosa, no prosperó por lo que se
decidió repartir su jurisdicción entre Daimiel y Torralba.
Especial atención merece en el
contexto histórico de Daimiel el paraje de Las Tablas. Conocidas desde antiguo
como uno de los cazaderos más importantes de nuestro país. Desde que el infante
Don Juan Manuel las describiera, en el siglo XIV, como un lugar perfecto para
la caza, muchos han sido los personajes importantes que se han dado cita en
estas ricas aguas, y entre los que figuran el rey Alfonso XII, Felipe II, o el
propio Alfonso XIII, así como una larga lista de militares importantes, hasta
el punto que a la isla de “las cañas” se le llamó la isla de los generales.
Lugares importantes como el sitio
del Azuer, donde se construyó un apeadero ferroviario, las Motillas,
asentamientos de la Edad del Bronce; Curenga, despoblado donde se levantó el
molino del Nuevo; Jetar, Madara, Torroba o Xiuela, posible fortaleza de donde
el rio Cigüela tomó su nombre.
Todos estos lugares ponen de
manifiesto la importancia histórica de nuestro entorno, donde se han librado
sangrientas batallas y han convivido distintas civilizaciones con sus culturas
y sus religiones y que en definitiva han forjado, día a día, el sentir de
nuestra história.