miércoles, 4 de marzo de 2015

12 DE MAYO DE 1904 – GRAVISIMOS ENFRENTAMIENTOS EN DAIMIEL


Braulio Mollina López
Fotografías Daimiel: Pepe J. Galanes

Con 11.685 habitantes  y un índice de analfabetismo  del 79% Daimiel afrontó la llegada del siglo XX. Estamos hablando de los primeros años de 1900 y de una sociedad donde el sistema político se encontraba sumido en un proceso de regeneración. Estaba en vigor la Constitución de 1876, que establecía una doble soberanía del rey  y de las Cortes y la política desarrollada por Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta había buscado la estabilidad del sistema a partir del turno pacifico entre los conservadores y los liberales.


Eran estos, tiempos de convulsiones políticas entre los conservadores y los liberales que aprovechaban cualquier circunstancia para enfrentarse, quizá pueda ser este el motivo o el pretexto de que la Virgen de Las Cruces desfilara sin música para derivar aquella jornada en una auténtica  batalla en Daimiel;  pero vamos con el relato de los hechos.

Nos situamos en el año 1904, el repique de campanas anunciaban desde muy temprano la festividad de la Ascensión, era el 12 de mayo y se acercaba la hora de la Solemne Función donde los daimieleños abarrotaban la iglesia de Santa María para honrar a su Patrona.
Momentos antes de la salida de la Patrona las campanas repicaban que  la virgen recorrería las calles de la ciudad. La pólvora ya preparada y un gentío que se agolpaba  en torno a la iglesia para presenciar la salida de la procesión.



Al momento de la aparición de la virgen atravesando el pórtico  del templo reinaba el más absoluto silencio y no se escuchan los acordes de la banda de música, ¡No está la música, no está la música!, ¡No viene la banda! gritaba mucha gente muy enfadada, entre la confusión que se originó.
Se enzarzaron a palos en la calle del Comercio (actual calle Virgen de Las Cruces) en plena procesión dejando a la virgen sola. Quemaron la oficina municipal de consumo y hay quien asegura que también la casa del alcalde. Daimiel quedó incomunicado convirtiéndose en una batalla campal .
Los hermanos se negaron a continuar con el desfile procesional, entre las autoridades locales asiste el concejal Manuel Núñez que manifiesta dos días después en una sesión plenaria celebrada con carácter de urgencia que:

"Al salir la procesión había escuchado las voces quejándose de que no acompañaba la banda de música a la Virgen. Cuando me enteré de que los hermanos se negaban a seguir con el desfile, intenté disuadirles y no pude llegar  nada más que a la esquina del catalán (actual esquina calle Virgen de las Cruces  con el parterre), en que había un grupo de hermanos dándose golpes con las velas, viendo que había en el suelo cuarenta o cincuenta de ellas y la calle totalmente invadida por el público".



En estas mismas declaraciones efectuadas en la sesión plenaria el 14 de mayo de 1904, el Sr. Núñez declara lo siguiente: "Estoy indignado como católico de que los hermanos dejasen abandonada a la Virgen en medio de la calle".
Después de suspendida la procesión continuaron los incidentes y los enfrentamientos. El Sr. Núñez continua con el relato en la sesión plenaria extraordinaria: "Acompañe al Sr. Alcalde hasta la esquina de la plaza y allí le grito un grupo de vecinos - "Viva la Música" viendo a continuación  desordenes descomunales por grupos numerosos entregados a la más absoluta anarquía".


En la misma acta de la sesión plenaria se recogen las declaraciones de D. Enrique  Rodríguez, que manifiesta que le rompieron los cristales de su casa, igual que a otros compañeros y también al Sr. alcalde.
Por su parte el concejal Sr. Fisac tomó la palabra para dar cuenta a la corporación de lo siguiente: "Acompañé al Sr. Alcalde hasta después de disuelta la procesión y me retiré a mi casa, más tarde me llegó aviso del presidente que acompañándolo al juzgado y ayudando a sacar la bomba de incendios hasta la mitad de la plaza en que a la fuerza se apoderaron de ella numerosos grupos de gente".
 Los enfrentamientos se prolongaron durante toda la noche y con el pretexto de no haber asistido la Banda Municipal de Música  a la procesión, prendieron fuego a las oficinas de los consumos y cortaron las entradas y salidas de la ciudad,  quedando Daimiel incomunicado.



La noticia apareció en grandes titulares en el periódico provincial  "El labriego", que responsabilizó al Ayuntamiento de Daimiel de los gravísimos disturbios y por esta causa el concejal Ricardo Jerez protesta y propone en la sesión plenaria que se pidiera a este periódico de tirada provincial una rectificación urgente.

ACTAS DE LA SESIÓN PLENARIA DE 1904 - TRAS LOS INCIDENTES