Braulio Mollina López
Fotografías Daimiel: Pepe J. Galanes
Con 11.685 habitantes y un índice de analfabetismo del 79% Daimiel afrontó la llegada del siglo XX. Estamos hablando de los primeros años de 1900 y de una sociedad donde el sistema político se encontraba sumido en un proceso de regeneración. Estaba en vigor la Constitución de 1876, que establecía una doble soberanía del rey y de las Cortes y la política desarrollada por Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta había buscado la estabilidad del sistema a partir del turno pacifico entre los conservadores y los liberales.
Fotografías Daimiel: Pepe J. Galanes
Con 11.685 habitantes y un índice de analfabetismo del 79% Daimiel afrontó la llegada del siglo XX. Estamos hablando de los primeros años de 1900 y de una sociedad donde el sistema político se encontraba sumido en un proceso de regeneración. Estaba en vigor la Constitución de 1876, que establecía una doble soberanía del rey y de las Cortes y la política desarrollada por Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta había buscado la estabilidad del sistema a partir del turno pacifico entre los conservadores y los liberales.
Eran estos, tiempos de
convulsiones políticas entre los conservadores y los liberales que aprovechaban
cualquier circunstancia para enfrentarse, quizá pueda ser este el motivo o el
pretexto de que la Virgen de Las Cruces desfilara sin música para derivar
aquella jornada en una auténtica batalla
en Daimiel; pero vamos con el relato de
los hechos.
Nos situamos en el año 1904, el
repique de campanas anunciaban desde muy temprano la festividad de la
Ascensión, era el 12 de mayo y se acercaba la hora de la Solemne Función donde
los daimieleños abarrotaban la iglesia de Santa María para honrar a su Patrona.
Momentos antes de la salida de la
Patrona las campanas repicaban que la
virgen recorrería las calles de la ciudad. La pólvora ya preparada y un gentío
que se agolpaba en torno a la iglesia
para presenciar la salida de la procesión.
Al momento de la aparición de la
virgen atravesando el pórtico del templo
reinaba el más absoluto silencio y no se escuchan los acordes de la banda de
música, ¡No está la música, no está la música!, ¡No viene la banda! gritaba
mucha gente muy enfadada, entre la confusión que se originó.
Se enzarzaron a palos en la calle
del Comercio (actual calle Virgen de Las Cruces) en plena procesión dejando a
la virgen sola. Quemaron la oficina municipal de consumo y hay quien asegura
que también la casa del alcalde. Daimiel quedó incomunicado convirtiéndose en
una batalla campal .
Los hermanos se negaron a
continuar con el desfile procesional, entre las autoridades locales asiste el
concejal Manuel Núñez que manifiesta dos días después en una sesión plenaria
celebrada con carácter de urgencia que:
"Al salir la procesión había
escuchado las voces quejándose de que no acompañaba la banda de música a la
Virgen. Cuando me enteré de que los hermanos se negaban a seguir con el
desfile, intenté disuadirles y no pude llegar
nada más que a la esquina del catalán (actual esquina calle Virgen de
las Cruces con el parterre), en que
había un grupo de hermanos dándose golpes con las velas, viendo que había en el
suelo cuarenta o cincuenta de ellas y la calle totalmente invadida por el
público".
En estas mismas declaraciones
efectuadas en la sesión plenaria el 14 de mayo de 1904, el Sr. Núñez declara lo
siguiente: "Estoy indignado como católico de que los hermanos dejasen
abandonada a la Virgen en medio de la calle".
Después de suspendida la
procesión continuaron los incidentes y los enfrentamientos. El Sr. Núñez
continua con el relato en la sesión plenaria extraordinaria: "Acompañe al
Sr. Alcalde hasta la esquina de la plaza y allí le grito un grupo de vecinos -
"Viva la Música" viendo a continuación desordenes descomunales por grupos numerosos
entregados a la más absoluta anarquía".
En la misma acta de la sesión
plenaria se recogen las declaraciones de D. Enrique Rodríguez, que manifiesta que le rompieron
los cristales de su casa, igual que a otros compañeros y también al Sr.
alcalde.
Por su parte el concejal Sr.
Fisac tomó la palabra para dar cuenta a la corporación de lo siguiente:
"Acompañé al Sr. Alcalde hasta después de disuelta la procesión y me
retiré a mi casa, más tarde me llegó aviso del presidente que acompañándolo al
juzgado y ayudando a sacar la bomba de incendios hasta la mitad de la plaza en
que a la fuerza se apoderaron de ella numerosos grupos de gente".
Los enfrentamientos se prolongaron durante
toda la noche y con el pretexto de no haber asistido la Banda Municipal de
Música a la procesión, prendieron fuego
a las oficinas de los consumos y cortaron las entradas y salidas de la
ciudad, quedando Daimiel incomunicado.
La noticia apareció en grandes
titulares en el periódico provincial
"El labriego", que responsabilizó al Ayuntamiento de Daimiel
de los gravísimos disturbios y por esta causa el concejal Ricardo Jerez protesta
y propone en la sesión plenaria que se pidiera a este periódico de tirada
provincial una rectificación urgente.
ACTAS DE LA SESIÓN PLENARIA DE 1904 - TRAS LOS INCIDENTES