Braulio Molina López
Fotografías: Pepe J. Galanes
La iglesia de Santa María es la
más antigua de Daimiel, su propio nombre indica los orígenes de la Edad Media
tiempos gloriosos en que a las iglesias y ermitas que se edificaban se las
bautizaba con el nombre de la madre de Dios.
El reconocimiento oficial y la mayoría
de los investigadores de nuestra historia, parecen estar de acuerdo a la hora
de clasificar a nuestro tempo más antiguo y así el historiador Don Inocente
Hervás afirma en su diccionario que “la fábrica
de esta iglesia, gótica y ojival, indica haberse levantado en el siglo XIV”, sin
embargo otros estudiosos, aún sin descartar esta procedencia, ponen de relieve
algunos misterios existentes, en sus capiteles, argumentando la posibilidad de
un origen templario, lo que nos llevaría a cuestionar su antigüedad.
Dice Madoz, en su diccionario de
1845, que se encontraron en varios sitios los escudos de los templarios, por lo
que se creé haberles pertenecido y se
juzga de su antigüedad, y Santos García Velasco, en su trabajo dedicado a Daimiel,
argumenta esta posibilidad siempre como hipótesis, exponiendo como base fundamental
los signos esculpidos en los capiteles, a
la vez que hace importantes reflexiones sobre la estancia de los
templarios en el entorno de Calatrava la Vieja. Estos, dice García Velasco,
pudieron dejar huellas que hoy vemos en la iglesia de Santa María, y después se
pregunta ¿cuándo pues se construyó esta iglesia de Santa María y por quienes?
Cruz Templaria
Todos los indicios apuntan a que
este templo data de finales del siglo XIV, pero el misterio de estos símbolos
quizá esté por resolver y el autor de este artículo se limita simplemente a exponer las distintas
consideraciones que sobre el tema hay.
Santa María es hoy en su
interior, como se piensa fue en el pasado. Cuatro grandes pilares mantienen la
estructura, rodeados de columnas adosadas, en cuyos capiteles se encuentran los
signos ocultos objeto del interrogante.
Situado en la pared norte de la
iglesia, con unos grandes ojos, está esculpido el rostro inmutable, otros como
el capitel de la serpiente, la sirena o el ángel de la Torre zona algunos de
los signos mágicos que nos muestran el arte misterioso de otros tiempos.
En el ábside se hallaba la sillería
del coro, ya desaparecida, que constaba de treinta sillas altas de nogal
construidas sobre el año 1666 y a la que Madoz describió tallada con el mayor
gusto y delicadeza. En el interior del templo se recuerda también, los retablos
y altares, como el de Santa Teresa, así como dos cuadros de “San Pablo Ermitaño”
y “La Adoración de los Reyes”, y pintado sobre el Altar mayor, dice Portuondo,
que se representaba “La Trinidad” en un medallón, delicado, armónico y
espiritual.
Interior del templo
Numerosas han sido las reformas a las que a través de
los años se ha sometido a nuestra iglesia de Santa María y que nos privan de
apreciar hoy este monumento histórico en todo su valor arquitectónico, sin
embargo en la parte norte exterior podemos contemplar gran parte de su
construcción original, donde destacan tres contrafuertes rematados en agujas
sobre uno de los cuales se encuentra una cruz con sólo el, pie dos brazos
laterales, de la que da cuenta García Velasco en su obra, afirmando que se
trata del emblema utilizado por la Orden del Temple y que su forma de T es la
letra griega tau.
En la parte norte se aprecia gran parte de su construcción original
Respecto de la torre, esta es muy
posterior a la construcción del edificio y la creencia más generalizada es que
se levantó en el siglo XVI. Las primeras campanas se consagraron por el obispo
de Troya, en el año 1620 y después Madoz da cuenta de que en el año 1816 sufrió
grandes daños a consecuencia de una tormenta y que fue reedificada dos años
después.
La torre fue reconstruida en 1818
Algunas de sus reformas
consistieron en adosar la sacristía al templo, la construcción de la galería sobre
la puerta principal, llamada del sol. Se doró también la bola y la veleta, se
reparó varias veces al retablo mayor y se cegó la puerta situada en el muro
oeste, detallada expresión del arte gótico en nuestra ciudad.
En el coro bajo de la iglesia se
le dio sepultura, en 1825, a don Joaquín Ibáñez Cuevas, “Barón de Eroles”. La
lápida la situó en su lugar original el párroco Don Julio Mata.
En la lápida que podemos ver
dentro del templo se puede leer la siguiente inscripción: "Aqui yace el
Excelentisimo señor don Joaquín Ibáñez
Cuevas, barón de Eroles, capitán general de los exercitos. Caballero Gran Cruz
de la Real Orden de San Luis y Oficial de la Legión de Honor.
Lápida del Barón de Eroles en el coro bajo de la iglesia
Falleció el 22 de agosto de 1825,
a los cuarenta años de edad después de haber prestado a su rey y patria
esclarecidos servicios. Su familia perdió un esposo y un padre tierno y sus
amigos un buen amigo. El rey y la religión uno de sus más ilustres defensores.
Rogad a Dios por él".
En la partida de defunción
firmada por el cura teniente de Santa María, Don Isidro Ráez, se dice que
falleció en la rinconada llamada de San Antón y que se le da sepultura en la
misma iglesia con asistencia de ambos cabildos eclesiásticos y la comunidad de
Religiosas Carmelitas Descalzas, en el hueco que se halla al lado derecho del
coro.
Partida de defunción del "Barón de Eroles" en el archivo de Santa María.
LOS SIGNOS OCULTOS DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA (esculpidos en piedra)
EL ÁNGEL DE LA TORRE: Situado
bajo el rosetón de la Fachada Oeste ypor su parte exterior. Es una cabeza de
piedra que hace pareja con otra muy deteriorada y difícil de ver.
CAPITEL DEL CONEJO: Se encuentra
entre la puerta del Baptisterio y el arranque de la escalera de salida. Representa
un conejo que come que ofrece a lo que parece una figura humana.
CAPITEL DE LA SERPIENTE: Esculpido
en el primer pilar del lado derecho, representa una serpiente que se enrosca
alrededor de la piedra.
LA SIRENA: Está situada sobre uno
de los pilares centrales, entre dos arcos, Es una mujer de largos cabellos y
los brazos cruzados.
EL ROSTRO INMUTABLE: Esculpido en
un capitel de la pared norte de la iglesia, es la expresión de la sabiduría oculta.